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T. ENAMI: UN VIAJE A LA NOSTALGIA
Nacido en la antigua Edo (actual Tokio) en pleno Bakumatsu (1853-1867), T. Enami (Enami Nobukuni 江南 信國,1859-1929) se convertiría en uno de los fotógrafos japoneses profesionales más prolíficos y versátiles del período Meiji (1868-1912), aunque su actividad se extendería hasta los primeros años de la era Showa (1926-1989).
El misterio envuelve al nombre de T. Enoshi. Si bien se esgrimieron diversas teorías que intentaban explicar la “T.” que antecede a su apellido, todo parece indicar que no se correspondería con Toshi (lectura alternativa para Nobu) ni con la inicial del nombre de su hijo, Enami Tamotsu 江南 保, 1893-1969), sino que T. Enoshi sería, más bien, el nombre comercial elegido por este extraordinario fotógrafo.
Entre los años 1885 y 1890 se formó con Ogawa Kazumasa (Isshin). Dos años más tarde, en 1892, se trasladó a Yokohama, ciudad en la que abrió su estudio fotográfico de retratos en la calle Benten-dori. Posteriormente, también contaría con nuevos estudios en Hong Kong y Filipinas (en Dagupan y Manila). Cuando en 1904 estalló la guerra Ruso-japonesa, partió al frente como fotógrafo militar al servicio del Ejército japonés.
El 1 de septiembre de 1923, el Gran Terremoto de Kantô destruyó su estudio, aunque Enami lo reabrió de nuevo poco después y consiguió reconstruir su archivo fotográfico. Tras su fallecimiento en 1929, su hijo Tamotsu se hizo cargo del negocio familiar, que prolongó su actividad hasta que en 1945 sucumbió bajo las bombas de los B-29 norteamericanos. Tras la guerra, y a consecuencia de la ocupación estadounidense de Yokohama, Tamotsu hubo de abandonar el estudio de la calle Benten-dori y trasladarse a otra ubicación. Murió sin hijos en 1969.
A T. Enami le debemos una de las más amplias y conocidas colecciones fotográficas de la era Meiji, pues a su autoría corresponden algunas de las imágenes más emblemáticas del Viejo Japón. Dominó varias técnicas fotográficas, entre la que destacaríamos, además de sus fotografías en blanco y negro y a color, pintadas a mano, sobre todo, sus estereogramas, que, mediante un dispositivo especial, permitían una visión tridimensional a partir de dos fotografías simultáneas tomadas con dos lentes separadas a una distancia equivalente a la separación que tenemos entre los ojos.
En sus trabajos podemos apreciar desde retratos y posados de estudio hasta oníricos paisajes, animadas escenas urbanas, fragmentos de la austera vida rural, hasta momentos que destilan cotidianidad. Sin duda, el legado de Enami, cuyo talento llegó a reconocer la National Geographic, es un regalo que permite que nos asomemos al Japón de antaño, un viaje al pasado teñido de nostalgia.
Paisajes
Vida cotidiana
Geishas
Fuentes/ Para saber más:
Imagen destacada: Vista de la cima del monte Fuji, T. Enami, ca. 1895-1915.
Okanawa Soba (Rob): https://www.flickr.com/photos/24443965@N08/albums/with/72157604145302649
http://pinktentacle.com/2009/10/animated-stereoviews-of-old-japan/
http://photoguide.jp/txt/T._Enami
http://www.jesusherrero.com/japon-analogico-en-3d/
http://www.doctorojiplatico.com/2013/01/t-enami-estereoscopico-japon-tradicional.html
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