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Mori Ōgai
Mori Ōgai (1862-1922) nació en el seno de una familia samurái. Primogénito del médico al servicio personal del señor de Iwami, recibió desde muy niño una educación acorde con su posición social y que marcaría su carácter. Tras graduarse en el Departamento de Medicina de la Universidad de Tokio en 1881 con tan solo diecinueve años de edad, continuó su carrera como oficial médico militar en el ejército japonés. Habida cuenta de sus brillantes capacidades, en 1884 fue enviado con una beca a Europa para proseguir su formación, permaneciendo en Alemania durante cuatro años. Su azarosa vida sentimental (marcada por un romance con una joven alemana, un primer matrimonio fallido y un segundo de difícil convivencia) halló su contrapunto en la brillante carrera profesional que desarrolló Mori Ōgai como médico militar, culminada con su nombramiento como Cirujano General, máximo cargo dentro del Cuerpo Médico del Ejército japonés.
Pese a que por su personalidad no atrajo en su día a ningún discípulo, su talla como maestro es reconocida por autores como Akutagawa Ryūnosuke, Tanizaki Junichirō o Mishima Yukio, que vieron en él un ejemplo a seguir. En su papel como traductor llevó a su lengua natal grandes clásicos europeos, aunque fue en el plano de la creación literaria, que siempre desarrolló de manera paralela a su carrera profesional dentro del ejército, donde obras como Vita Sexualis, Juventud, La bailarina, El intendente Sanshô, o El ganso salvaje, considerada por muchos como su obra cumbre, avalan a Mori Ōgai como uno de los grandes maestros de la literatura japonesa de todos los tiempos. Su elegante y austera prosa, reflejo de su sobrio carácter, permite apreciar a través de un japonés actual que deja atrás los clasicismos al uso de su época, un profundo respeto por los valores tradicionales nipones, sobre todo en sus últimas obras, centradas en biografías de personajes históricos, género este el del relato histórico en el que fue un maestro indiscutible.