ERGO PROXY: UNA COLABORACIÓN ESPECIAL

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Con motivo del 10.º aniversario de Blog Visual, nuestra editora, Marga Adobes, colabora con un artículo especial dedicado a un legendario anime que sobrepasa con creces los límites de la mera ciencia ficción que encontraréis bajo el título de:

«Ergo Proxy» (エルゴ プラクシー): un viaje en el tiempo, desde Romdo al pasado

¡No os lo perdáis!

 

 

CORAZÓN DE HIELO

Yuki-onna, de la obra de Lafcadio Hearn "Kwaidan- Stories and Studies of Strange Things" (1911) ilustrado por Keichu Takenouchi.

Quizá pueda inducir a error el título con que encabezamos el presente artículo, pues nuestra intención no es otra que rendir un pequeño tributo a una de las figuras literarias más importantes de todos los tiempos y que de buen seguro dejó su impronta en nuestra infancia así como en la de generaciones futuras.

Desde 1967, cada 2 de abril se celebra el Día del Libro Infantil, en conmemoración del nacimiento de Hans Christian Andersen, que vino al mundo ese mismo día de 1805 en Odense (Dinamarca) en el seno de una familia muy humilde. Sus progenitores fueron un jovencísimo zapatero de salud quebradiza y una lavandera de confesión protestante, a quien Andersen le dedicaría uno de sus cuentos, La pequeña cerillera. Tras quedar huérfano de padre en 1816 debido a las guerras napoleónicas, cuando contaba tan solo 11 años, dejó de asistir a la escuela, si bien nunca dejó de leer y de dejar volar su imaginación, siempre desbordante. A pesar de las dificultades, y no sin esfuerzo y sacrificios personales, logró terminar los estudios en 1827, aunque no consiguió afianzar su carrera artística ni como cantor de ópera ni como actor ni como bailarín.

Retrato de Hans Christian Andersen por Christian Albrecht Jensen (18369.

Retrato de Hans Christian Andersen por Christian Albrecht Jensen (1836).

Viajero empedernido, recorrió gran parte de Europa y Turquía y plasmó sus experiencias en numerosos libros de viajes. Además, gracias a su visita a Reino Unido, logró entablar amistad con Charles Dickens, quien imprimió su influencia en el escritor danés. Fue también consumado poeta, aunque es a sus cuentos de hadas, a los que, a pesar del escaso interés que despertaron en su propio creador, debe este su fama imperecedera. Títulos como El patito feo, El soldadito de plomo, La princesa y el guisante, La sirenita o La Reina de las Nieves han trascendido el paso del tiempo hasta convertirse, traducidos a más de 80 idiomas y adaptados al cine, los dibujos animados e incluso a la danza, en patrimonio universal.

En la primavera de 1872 Andersen sufrió una grave caída, de la que nunca llegó a recuperarse, y murió tres años después, cerca de Copenhague, el 4 de agosto de 1875.

La Reina de las Nieves, ilustración de Sulamith Wülfing.

La Reina de las Nieves, ilustración de Sulamith Wülfing.

Ya en vida, Andersen recibió reconocimiento a su obra y trayectoria: recibió el título honorífico de consejero de Estado (1866), fue nombrado ciudadano ilustre de Odense (1867) y, en su memoria, varios premios literarios llevan su nombre: Premio Hans Christian Andersen de Literatura que concede el ayuntamiento de Odense y, desde 1956, los premios Hans Christian Andersen, conocidos como el “Pequeño Premio Nobel” a la literatura infantil, que brinda el International Board on Books for Young People. Además, fuera del ámbito literario, en 1976, el asteroide 2476 recibió el nombre del escritor danés de manos del astrónomo Nikolái Chernyj.

Una de las más célebres narraciones nacidas de la pluma de Andersen es, sin duda, La Reina de las Nieves (Snedronningen), en donde la amistad, el amor y la lucha entre el bien y el mal se convierten en los ejes fundamentales de esta historia inmortal protagonizada por dos niños, Kai y Gerda.

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El relato fue publicado por primera vez en 1844 en el recopilatorio Nuevos cuentos de hadas, volumen 1 (Nye Eventyr. Første Bind) y, desde entonces, ha sido versionado en innumerables ocasiones, la última de las cuales, publicada por esta casa, debemos agradecer a Francesc Gómez Guillamón, cuyo estilo kawaii sirve de marco para remozar y modernizar la historia original, adaptándola a la sociedad y gustos de hoy en día y aportando nuevos roles a los personajes (alguno de ellos rebautizados, como Gerda, que se transforma en la valerosa Saya), personajes que, no obstante los cambios, continúan enfrentándose, como en la versión de antaño, a una Reina de las Nieves sin corazón, cuyas características nos recuerdan inevitablemente a la yuki-onna nipona (雪女).

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Este mítico yōkai japonés de gélida belleza y hálito glacial que arrebata la vida a los humanos ha sido, a su vez, protagonista de multitud de historias y adaptaciones de la mano de nombres tan memorables como Lafcadio Hearn (Kwaidan, 1903),  Masaki Kobayashi (El más allá, Kaidan, 1964) Akira Kurosawa (“La tormenta de nieve” en Sueños, 1990), entre otras muchas, incluidas el manga y el anime.

Fuentes/ Para saber más:

https://es.wikipedia.org/wiki/Hans_Christian_Andersen

https://es.wikipedia.org/wiki/La_reina_de_las_nieves

https://es.wikipedia.org/wiki/Yuki-onna#Cultura_popular

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/andersen.htm

https://archive.org/stream/kwaidanstoriesst00hear#page/n7/mode/2up

http://neilabbott.tumblr.com/

http://www.holanihon.com/yuki-onna-la-leyenda-de-la-mujer-de-la-nieve/

La Reina de las Nieves de Frances Gómez Guillamón

SUSANO-O: DIOS TEMIBLE Y PRIMER POETA DE JAPÓN

Susano-o Killing the Dragon by Torii Kiyomitsu

De la purificación de la nariz de Izanagi tras su regreso del País del Yomi, esto es, del País de las Tinieblas donde moraba su fallecida esposa Izanami, nacerá el dios Take-haya-susa-no-o-no-mikoto, hermano menor de la diosa Ama-terasu-ô-mi-kami y de Tsuku-yomi-no-mikoto, engendrados, a su vez, a partir del ojo izquierdo y derecho, respectivamente, de Izanagi. A cada uno de los tres dioses se les asignarán diferentes esferas de poder, y así, si Amaterasu, diosa del sol, gobernará sobre los cielos y la luz, y su segundo hermano Tsukuyomi será el dios de la luna y la noche, Susano-o será quien domine los mares. Sin embargo, semejante reparto de atribuciones no sería del agrado de Susano-o, dios poderoso y temperamental, que entre estruendosos llantos expresará su deseo de ir al “País de las Raíces”, o mundo subterráneo, tal vez asociado con el País de las Tinieblas, donde mora Izanami. Esta será la razón por la que Susano-o será desterrado por su padre.

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Yomotsu Hirasaka, la entrada a la tierra del Yomi, sellada por Izanagi y, según la leyenda, ubicada en Matsue.

No obstante, antes de abandonar el mundo de los dioses, Susano-o, quiso despedirse de Amaterasu. Esta, conociendo el carácter pendenciero de su hermano, y oyendo cómo ascendía retumbando y haciendo gala de su fiereza, se asustó, por más que Susano-o manifestó que venía en son de paz. Para demostrarlo, el dios le propuso hacer un conjuro, del que nacieron, aunque con variantes según las fuentes, tres deidades femeninas, y cinco masculinas, que confirmaron las buenas intenciones del dios. A pesar de ello, Susano-o, dejándose llevar por la jactancia y por su carácter irritable, provocará grandes daños con sus desmanes: destruirá cultivos, dañará linderos y contaminará los altares destinados a las ofrendas de las primeras cosechas. A estas fechorías sumará una nueva afrenta, pues irrumpe en la sala donde su hermana Amaterasu estaba confeccionando una túnica de ofrenda a los dioses y, desde un agujero practicado en la cumbrera, desollará al revés a un celestial caballo pío y lo arrojará al interior de la sala. Según los textos originales, no se esclarece del todo si es el caballo o su piel lo que lanza el dios al interior de la estancia, aunque la opción más plausible es que se trate de la piel del animal. Sea como fuere, ante tales sucesos, según el Kojiki, la diosa que ayudaba a Amaterasu, Wakahirume, resultará muerta.

Takachiho

Amano Iwato Jinja en la cueva de Amano Yasukagawa, garganta de Takachiho (Kyûshû)

Las malas acciones de Susano-o traerán como consecuencia la contaminación y que Amaterasu se esconda despavorida en la Casa Rocosa del Cielo (tradicionalmente identificada como la cueva de Amano Yasukagawa, en las proximidades de la garganta de Takachiho, en donde se puede visitar el santuario de Amano Iwato –Amano Iwato Jinja-), lo que hará que la oscuridad se instaure tanto en el Altiplano del Cielo como al País Central de Ashihara, es decir, tanto en el mundo de los dioses como en el de los humanos.

Para salvar a ambos mundos de las tinieblas, los dioses urdieron un plan para engañar a Amaterasu, que llevada de la curiosidad por el alboroto festivo que venía desde el exterior de la cueva, se asomó y, sorprendida con su propio reflejo en un espejo, fue obligada a abandonar su encierro, de manera que se restableció la luz en el mundo. El espejo, Yata-no-Kagami, se convertiría en uno de los Tres Tesoros de la Casa Imperial.

Amaterasu saliendo de la cueva

Amaterasu saliendo de su encierro en la cueva.


Entonces, los dioses deliberaron, e impusieron como castigo a Susano-o el harahe (purificación o destierro): lo obligaron a cortarse las uñas y la barba, y lo expulsaron del Altiplano del Cielo. Fue así como Susano-o llegó a un lugar por nombre Torikami, en el curso superior del río Hi, en la provincia de Izumo. Al ver unos palillos (importación cultural de origen chino) ser arrastrados por la corriente de agua, comprendió que había presencia humana en la región. Fue así como encontró a una pareja de ancianos que lloraban sin consuelo, que no eran sino las divinidades terrenales Oho-yama-tsu-mi-no-kami, también conocido como Ashi-na-zuchi, y su esposa Te-na-zuchi, padres de Kushi-nada-hime, la última de sus ocho hijas y única superviviente de su progenie, víctima del monstruo de ocho cabezas llamado Yamata-no-Orochi, quien año tras año aparecía reclamando a una de las muchachas como sacrificio.

Ashi-na-zuchi y Te-na-zuchi, padres de Kushi-nada-hime, junto a Susano-o, obra de Toyohara Chikanobu.

Ashi-na-zuchi y Te-na-zuchi, padres de Kushi-nada-hime, junto a Susano-o, obra de Toyohara Chikanobu.

Ante su pregunta, la respuesta que obtuvo Susano-o sobre qué aspecto tenía el monstruo, fue la siguiente:

Sus ojos son rojos como cerezas, de su tronco salen ocho cabezas y ocho colas y la piel está recubierta de musgo, cipreses y pinos. La longitud de su cuerpo se extiende por ocho valles y ocho montañas. Y su vientre, cuando lo muestra, rezuma sangre y está hinchado.*

En cuanto a la descripción de la terrible criatura, las cerezas con que se compara a sus ojos parece que se refieren a una especie de alquejenje. Asimismo, resalta también la constante repetición del número ocho, cifra recurrente como símbolo de la totalidad, de la omnipresencia.

Tsukioka Yoshitoshi Title-Susanoo no mikoto. Date-[188-]

Susano-o no mikoto de Tsukioka Yoshitoshi.

Susano-o pidió, a cambio de matar al monstruo, que Kushi-nada-hime se convirtiera en su esposa, y, así, con la promesa de la mano de la joven concedida y después de transformar a la muchacha en una peineta que colocó en sus cabellos, ideó un plan para acabar con el monstruo: ordenó a Ashi-na-zuchi y Te-na-zuchi que prepararan aguardiente fermentado ocho veces (dado el verbo empleado en los textos originales, kamu, que significa masticar, muy posiblemente se refiera a un tipo de fermentación muy antiguo en que se conseguía la transformación del cereal gracias a las enzimas presentes en la saliva, con que se impregnaba al masticarse) y levantaran una verja en círculo con ocho puertas; en cada una de las aberturas, se colocaría un barril con el licor fermentado.

Susano-o no Mikoto by Kawanabe Kyōsai

Susano-no-Mikoto de Kawanabe Kyôsai

De este modo, cuando apareció la serpiente de ocho cabezas, fue atraída por el aguardiente, que bebió hasta caer ebria, momento que aprovechó Susano-o para cercenar las ocho cabezas del monstruo, de manera que el río Hi bajó teñido en sangre. La mención a las aguas rojas del río quizá aluda a las características de la región, rica en yacimientos de hierro y famosa, por este motivo, como uno de los más importantes centros productores de espadas de la antigüedad del país; asimismo, el mito también podría tener relación con el dominio de las aguas de un río que acostumbraba a crecer y asolar las zonas próximas a sus riberas.

Muerto el animal, Susano-o se dispuso a cortar su tronco, pero para su sorpresa, dañó el filo de su espada. Intrigado al haber mellado el arma, introdujo su punta en el cuerpo inerte. Ante su asombro, halló una extraordinaria espada en su interior, conocida por el nombre de Kusanagi-no-Tsurugi (“Segadora de Hierba”. Ante lo singular del hallazgo, Susano-o consideró oportuno entregar la espada a su hermana Amaterasu. Algunos estudiosos opinan que esta entrega de la que será uno de los Tres Tesoros de la Casa Imperial (junto al espejo y la joya Yasakani-no-Magatama), la espada Kusanagi, a Amaterasu, divinidad tutelar del estado de Yamato, no es sino una representación explicativa y justificativa de la sumisión de Izumo, bajo la tutela de Susano-o, a Yamato, cuya dinastía gobernante se impondrá en el resto del incipiente país.

Una vez entregada la espada, Susano-o se instalará en Suga. Allí, ante la visión de su palacio recién construido, creará el que es tradicionalmente considerado primer poema japonés (waka), composición que convertirá a Susano-o en el primer poeta nipón.

Ya-kumo tatsu / Izumo ya-he-gaki / Tsuma gomi ni / Ya-he-gaki tsukuru / Sono ya-he-gaki wo ** 

Hay ocho nubes / en palacio de Izumo, / el de ocho vallas, / donde mora mi esposa, / de ocho vallas guardada.***

No obstante, pese a que el poema figura tanto en el Kojiki como en el Nihon Shoki, su nítida estructura de 5-7-5-7-7 sílabas hace pensar que se trata de una adición tardía a los textos originales. La significación del poema, por su parte, se ha venido ligando, según los estudiosos, con algún sentido ritual en tanto plegaria propiciatoria, bien para desear parabienes a los recién casados, bien para colmar a la casa que se construye de bendiciones. Sea como fuere, Susano-o desposó a Kushi-nada-hime, de cuya unión nacería una numerosa descendencia.

 

Fuentes:

Naumann, N., Antiguos mitos japoneses, Barcelona: editorial Herder, 2008.

Rubio, C. y Tani Moratalla, R. (trad.), Kojiki: Crónicas de antiguos hechos de Japón, Madrid: editorial Trotta, 2012.

* Ibídem, p. 78.

** Ibídem, p. 259.

***Ibídem, p. 80.

Imagen destacada: Susano-o matando al monstruo de Torii Kiyomitsu

Foto cueva entrada al Yomi en Matsue:  http://www.visit-matsue.com/discover/southern_matsue.html

Foto cueva de Takachiho: http://blog.needsupply.com/2015/02/15/takachiho-gorge-japan/